Seguramente te habrá sucedido alguna vez querido lector que una persona (que no sabía jugar al ajedrez) te preguntó como hacen los ajedrecistas para pensar tantas jugadas en el futuro.
Como hacen para anticipar lo que el oponente quiere hacer. Entonces ellos (muchos matemáticos) empiezan a hacer cálculos sobre la cantidad posible de variantes promedio que pueden darse durante el medio juego o apertura o final.
Comparan a los ajedrecistas con las computadoras y su asombroso poder de cálculo.
Pero en cierta manera los ajedrecistas utilizan el sentido común como herramienta para determinar cual es su mejor movida.
Vea la siguiente posición perteneciente a la partida Keres – Jansa disputada en 1970.
Es un ejemplo sencillo pero sirve para ilustrar el proceso de pensamiento ajedrecístico.
En esta posición le toca mover a las blancas.
A simple vista el ajedrecista que conduce las blancas se da cuenta de que la dama negra ubicada en d5 no está defendida por ninguna pieza de color negro.
Si no fuera porque el alfil blanco se interpone, las blancas podrían capturar la dama con la su dama ubicada en d2.
¿Qué haríamos si pudiéramos hacer dos jugadas seguidas?
Obviamente sacaríamos el alfil de d4 a otra casilla (a g7 estaría muy bien) y luego comeríamos la dama.
¿Eso se puede?
Si y no.
En ajedrez ningún bando puede hacer dos jugadas seguidas.
Pero…
Si podemos sacar el alfil de la casilla d4 para luego poder comer la dama.
¿Cómo sería eso posible?
Eso sería posible si el alfil se moviera a una casilla desde la cual amenace directamente al rey. Y este se vea obligado a moverse o a eliminar el alfil con otra pieza.
¿Y donde tendría que estar el rey para que eso fuera posible?
En una casilla negra como h8.
Pero no esta allí.
¿Podemos obligarlo a ir a esa casilla?
Si. Con Th8+.
Al rey no le queda otra jugada posible más que tomar la torre ofrecida en sacrificio.
Luego tomamos con nuestro alfil la torre de g7 haciendo jaque y liberamos a la dama blanca para que tome a la indefensa dama negra en d5.
Y así, forzadamente la partida se inclina a favor de las piezas blancas.
Nuestro juego mejora a medida que sabemos leer mejor las posiciones sobre el tablero y somos capaces de construir con todos los recursos con los que disponemos situaciones que nos favorezcan.
Saludos
